martes, 23 de febrero de 2010

Ser o no ser.

"Hace un rato, estaba mi gata cerca de mí como casi siempre, y sin querer le he dado un buen golpe, ella ha salido huyendo de mi despavorida como si mi agresión hubiera sido un ataque, al rato de esto ha vuelto y se ha puesto a jugar con mi pelo y ronronear plácidamente como si nada hubiera pasado. Más tarde, mientras yo subía las escaleras, ella ha empezado a cruzarse entre mis piernas y casi me caigo por su culpa, nada arrepentida ha continuado mordiendo los bajos de mi pantalón hasta que, de nuevo sin querer, la he pisado y, como es lógico, tras soltar un gemido ha salido corriendo."

Algo así de sencillo me ha hecho pensar en lo poco humano que es el comportamiento humano a veces.
Con frecuencia las personas nos olvidamos del queriendo o sin querer y juzgamos determinados actos que no tenían ningún tipo de mala intención y que, en muchos casos, no son más que accidentes. Otras veces nos permitimos el lujo, al igual que mi gata, de enfadarnos con los demás por las consecuencias de un acto propio; errar es humano, sí, pero eso también pueden hacerlo los animales, la verdadera diferencia es la capacidad que tienen las personas (o deberían tener) de reconocer un error, y es esto, sin embargo, lo que solemos olvidar, criticando actos ajenos por algo que en realidad es culpa nuestra.
Sin embargo cuando golpeo, queriendo o sin querer, a mi gata su disgusto no dura más de unos minutos y nunca me niega el perdón si se lo pido, ya que sabe que mi acto no tiene relevancia alguna en comparación con todo el cariño, la compañía, la comida y, en resumen, con todo el beneficio que le doy.
Todo esto me supone un gran dilema ya que en ocasiones las personas nos parecemos a los animales actuando sin pensar, juzgando, culpando a los demás sin ver nuestro propio error y dejando de lado los sentimientos, deseos o intenciones de los demás; pero, por el contrario, somos incapaces de asemejarnos a dichos animales en la capacidad de perdonar, olvidar y valorar todo aquello positivo que otros nos aportan...
¿Qué nos hace, entonces, considerarnos una raza "superior"?
¿El egoísmo?

Si queremos hacer el alarde de estar por encima del resto de animales deberíamos esforzarnos por utilizar las cualidades de las que estamos dotados y que esa "superioridad" de la que hablamos consista en saber hacer de ellas un don que nos ayude a mejorar cada día y no un arma para atacar a todo lo que nos rodea.
De la otra forma ser humanos solo nos convierte en animales dotados de inteligencia que se destruyen y atacan los unos a los otros pero, a diferencia del resto de seres vivos, lo saben.